sábado, diciembre 30, 2006

Me cabes



Ahhhh, mi Monterrey.
Un verdadero campo de entrenamiento de alto rendimiento.

¡¡¡Uno qué, las criaturas!!! Yo nací ahí, en esa ciudad donde te puedes colgar de un camión urbano y arriesgar el pellejo varios kilómetros sin que al chofer le importe un pito tu vida. En el que los automóviles tienen preferencia sobre el peatón en todos los cruceros y dios nos agarre confesados.

Mi ciudad, bronca, recia, salvaje, llena de riesgos y oportunidades. De gente dispuesta a todo por ganar, pasando si es necesario por encima de los demás.

Lejos estoy de mi tierra. Aquí en California, en especial en Sacramento, se respira un aire medio fresa. Peace and love. Aquí la gente te deja pasar primero. Muchos te sonríen sin conocerte. El que le arregla la cerca a tu vecino te regala leña para tu chimenea sin esperar nada a cambio. Nice and softly.

Pues aquí se crió Araceli. Aquí vivió muchos años antes de ir a Monterrey.

El choque fue fuerte. Puertas que parecían abrirse, se cerraban de golpe. Traiciones, envidias, competencia salvaje.

Nada ajeno a cualquier lugar del mundo, pero como sabemos en Monterrey todo es REGIO.

Eso fue lo maravilloso de los años que Araceli vivió en Monterrey. Gracias a todo esto ella creció como persona y como artista. Después de caer por las escarpadas pendientes de la Sierra Madre, darse en la ídem, rasparse las rodillas y sangrar los codos en el ambiente musical de la capital grupera del mundo, qué más le puede pasar.

Así que de la lija, pasa nuevamente al terciopelo de California.

Sirva pues, este video de recuerdo de las largas jornadas (6 días a la semana) de toquines en el Bar 1900. Las decepciones de los concursos organizados por empresotas y los ejecutivos, agentes, representantes, A&Rs y demás personajes de la jungla disquera y de las editoras de música regiomontanas a las que en 2006 decimos ahí los vidrios.

Salud y feliz 2007.

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