miércoles, diciembre 10, 2008

Chicago

Chicago parece ser el centro del mundo hoy por hoy.

De ahí emergió la figura sensación de la política mundial, Barack Obama.

En esa ciudad también se está llevando a cabo la huelga que está conmocionando a E.U. y está inspirando a los trabajadores a lo largo del país.

Acaban de arrestar al gobernador del estado de Illinois del cual Chicago es la ciudad más grande.

Pero lo más importante, es que no hace mucho, ahí se mudó mi hermana Meche.

Mercedes, Meche, o Meshe, su nombre artístico, nació, como su servidor, en Monterrey, N.L.

Inspirada por mi abuela Margarita, o Mague, desde pequeña mostraba inclinación artística, ya que fue la nieta que le siguió con interés en sus afanes artísticos, asistiendo juntas a las clases con "El Maestro", un interesantísimo señor cuya casa olía a madera, aceite de linaza y tabaco.

Mi abuela y Meche pues, realizaban cuadros con pinturas de óleo en grandes lienzos. Bodegones, marinas, paisajes.

Y yo, pues chiquillo que aún no se limpiaba la cola solo, pues crecí con la convicción de que era posible crear realidades paralelas con la simple acción de embarrar pintura. Esas imágenes que se develaban ante mí pincelada tras pincelada, me acompañaron durante mi niñéz y hasta la fecha gracias al trabajo de mi abuela Mague, pero más por la paciente y amorosa labor de mi hermana Meche.

Más tarde, cuando yo ya había medio aprendido a limpiarme bien, fue Meche quien me invitaba a pasear por la ciudad, buscando galerías, museos, actividades culturales y cursos. Ella ya jovencita y yo un preadolescente, nos acompañábamos por las calles de Monterrey en los confiables camiones urbanos Ruta 134 que pasaban por Las Puentes en San Nicolás y se iban toda la calle Guerrero hasta 15 de Mayo, donde por lo general nos bajábamos para caminar a alguna escuela o galería. La Casa de la Cultura, el Museo de Monterrey, y muy especialmente, a Academia de Artes Plásticas, del magnífico retratista David González.

La Academia estaba ubicada en la calle Padre Mier, cerca de La Purísima, una imponente casona blanca cuyos interiores contaban con patio central, segunda planta con piso de madera, columnas, herrería en escaleras y barandales, arcadas y el buen gusto en la decoración que le imprimían David, Mera y las exposiciones de las piezas de alumnos, maestros y artistas invitados.

La pintura, que parecería la disciplina natural que Meche debía practicar al tomar cursos en la Academia, fue pronto suplantada por la cerámica debido a las interesantísimas y amenas clases del maestro venezolano Rafael Cabrujas, quien transmitía profundo conocimiento y pasión por el tema.

Desde entonces, Meche, aparte de ser pintora, es ceramista, preocupada por la calidad de sus piezas, y la experimentación con esmaltes y barro.

Y, nuevamente se incorpora a mi vida diaria otra disciplina.

Más adelante, el maestro Olegario, un talentoso señor que se ganaba la vida torneando jarritos en las ferias para venderlos a un peso, le regalaría a Meche su primer torno. Meche con muchos batallares compró un horno eléctrico y montó un mini taller en el que trabajaba impulsando con su pié el mecanismo de la estructura de madera que se deslizaba sobre baleros en el patio de la casa de mis padres, completando un rico cuadro con el rítmico sonido y la espuma emergiendo de lavadora "de tina", el trinar de un canario o dos, las palabras al aire de un perico, la música de los Beatles en un pequeño radio y tarareadas por mi hermano Memín que jugaba con su pelota, todo bajo un árbol de níspero y un techito de lámina que puso mi papá. Olor a Suavitel y a barro.

Meche es de risa fácil, creo que ya no odia lavar trastes, es buena dando funciones de teatro guiñol y gusta disfrazarse de japonesita.

Juntos Meshe y yo viajamos por el estado de Nuevo León y por México para conocer de cerquita algunos rincones de este país que es muchos.

Ahora Meche vive en Chicago y cuenta que es una ciudad hermosa y que hay nieve.

1 comentario:

Meshe Creations dijo...

Que bonito escribes!

Desde Chicago con amor para ti.

Aunque llena de nieve y hielo el calor humano es lo que predomina en esta ciudad tan llena de historia, arte y gente de todas partes del mundo: viviendo, conviviendo o visitando.

Espero muy pronto tener mi estudio otra vez de arte y ceramica.
Se que lo lograre ojala no me lleve mucho tiempo.
Pero los suen~os y el disfrutar de la vida hacen que mi alma se llene de alegria y como que es muy facil difrutar desde Chicago.

Gracias por tus palabras y quiero decir que sin tu amable compan~ia a todos esos lugares de Monterrey y Mexico no hubiera conocido yo tantos museos, galerias y estados de la Republica Mexicana.

Que la felicidad te persiga siempre, son los deseos de tu hermana: Meshe