sábado, noviembre 03, 2007

Capitales


Nací en una ciudad. Aunque me crié en uno de los suburbios, en San Nicolás, para todos los que no conocen esa coqueta, clasemediera, toquedequedista y panista ciudad del Área Metropolitana, yo soy de Monterrey.

Hace unos días que regresé de la llamada Sultana del Norte (¿le dirán así por que somos medio árabes?). Debo reconocer que me la pasé de peluches y que disfruté visitar, platicar, convivir, comer, caminar, ver y apreciar a una gran ciudad en un gran momento. Con todas las reservas guardadas ("sí, todos sabemos que están robando, ¡pero mira qué bonito dejaron!"), la culminación de un añejo proyecto de pasadas administraciones priyistas ha dotado a la ciudad de un paseo que será mil veces mejor apreciado que el Puente Atirantado, legado de la administración panista de Canales Clariond, que unía a dos colonias fresas, una de San Pedro y otra de Monterrey.

El Paseo Santa Lucía es para la raza. Es una obra que, a diferencia del "Puente de la Unidad", da prioridad al ciudadano de a pie, y no al que circula en su carro (hecho de por sí discriminatorio, pues en Monterrey la mayoría usa transporte público).


Muncho foquito a lo largo del Paseo Santa Lucía lo hacen un espectáculo muy fotografiable de noche.
Fotos: Saúl Escobedo



Y claro, me fui a pasear a Monterrey en pleno Fórum, monstruo cultural cuyo presupuesto hubiera sido preferible que se pulverizara entre los cientos de escuelas estatales a lo largo y ancho de Nuevo León que no tienen maestros de arte, ni instrumentos para sus grupos de música ni materiales para sus talleres de arte, danza, teatro, poesía, etc. Pero eso sí, que ha sido mejor que se gastara en este Fórum de locura (¡10 eventos al día en promedio!) y no en las mamadas de la "Lucha anti-narco".


El formidable concierto de Angelique Kidjo, uno de los pocos eventos que presencié del Fórum de las Culturas de Monterrey.
La mujer habló sólamente en ingés, pero parecía que todos entendíamos a cabalidad su mensaje de amor y hermandad, y bueno, ¡cómo bailaba!
Fotos: Saúl Escobedo


La verdad no fui a mi ciudad nomás por puras ganas de visitar. También fui a trabajar. El primer proyecto que terminé fue el sitio web del Grupo Tayer. Trabajé de cerca con Luisa Fernanda Patrón y Pepe Charango para darle forma a la versión 2008 de su Tayer Virtual.

A ver qué les parece el sitio web que diseñé para esta legendaria banda de la legua norestense.
Diseño web: Hongo Films/Saúl Escobedo



Con una serie de conciertos didácticos, mis amigos del Grupo Tayer también participaron en el Fórum. Fotos: Saúl Escobedo.


El siguiente proyecto que terminé fue una tareíta que me llevé de por acá, se trata del ya comentado video de la banda punk rock en español Lost Freedom (antes Blanco y Negro, antes Lost Freedom, o sea que retomaron su nombre original).

Ahí coméntenlo también les encargo porfa.



Otros proyectos también incluyeron diseño de etiquetas para mi amigo Luis Antonio Ruiz, de Alex y Tony, el inventor de Jamaicool, quien orita trae otros macabros e innovadores proyectos entre manos.



Video promocional que produje para Jamaicool, el novedoso producto para preparar Agua de Jamaica Natural fácilmente (de venta en H-E-B y Soriana). Voz: Araceli Collazo.


Y al final, a regresar a la otra capital. Donde vivo. Y vivo en la capital del estado más importante de E.U.A.: California.

No, no es la ciudad de Los Ángeles. No, no es San Francisco, ni San Diego, ni Oakland. Se trata de una hermosa ciudad muy al norte. Sacramento es una ciudad en muchos aspectos parecida a Monterrey. Ambas tienen un museo del ferrocarril. Ambas fueron detonadoras del proceso de industrialización. Ambas son capitales.

Ha sido en Sacramento donde he vivido muchas cosas que han marcado mi vida, lo que la convierte en un sitio entrañable.

Eso sí, la dinámica entre ambas ciudades es muy diferente. Monterrey es una urbe de gran talla. Si, es un ranchote, pero ¡qué ranchote!

De Sacramento, pues lo más notable que se puede mencionar es que aquí atiende Arnold Schwarzenegger como el gobernator, y eso es información relevante para quienes alcanzamos a verlo en los gloriosos años 80s, pues la racita nueva seguro que se queda con una enorme interrogación al escuchar su nombre.

De regreso a Sacramento no hubo turbulencia en el vuelo, pero sí dentro de mi cabezota.
Fotos: Saúl Escobedo.



Quisiera con toda mi alma no tener que dejar esta ciudad. Creer que con internet podría acceder a hacer negocios en otras partes, sin dejar esta bonita población burocrática y feliz. No tener que ir a Monterrey a ganar el dinero que aquí nomás no veo.

Pero esta es una ciudad con sus propios problemas y limitaciones. Los diseñadores se quejan de los sueldos pedorritos que ofrecen aquí. Los cineastas que logran destacar tantito, se van a buscarle en otras latitudes. Y yo, pues yo llegué aquí porque es el lugar que conocía.

La familia se reúne de nuevo.
¿Por cuánto tiempo?



La independencia y la tenacidad tienen su costo.

Aunque pueda ser catalogado de inestable por la cantidad de chambas que he tenido y las veces que me he mudado de casa y de ciudad, por el contrario, ha pasado por mi mente que quizás es quizás mi lealtad a mis objetivos que me han llevado a afrontar todos esos cambios. Y por ello puede que haya sido más consecuente de lo que yo mismo consideraba.

Me gusta contar historias, y para ello quiero echar mano de todas las herramientas contemporáneas a mi alcance, y cuando uno cuenta historias, no hace más que contar la suya propia, pero con algunos aderezos.

Y eso es lo que he venido haciendo.

¿O no?

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