lunes, abril 23, 2007

Corre la Voz


Como me quejo mucho de la calidad de los contenidos de las cadenas de televisión hispana en E.U.A., lo coherente es que haga algo al respecto.

Hace un par de meses Ana Rojas, una inteligente amiga colombiana con una notable facilidad para hacer contactos personales y redes sociales, me pasó el número de Juan Cervantes, productor de televisión.

Juan produce un programa de televisión en español que se llama Corre la Voz, que se transmite todos los sábados a las 7:30 P.M. por el Canal 8 de la ciudad de Sacramento y por el Canal 238 del sistema de TV de paga Comcast. Ambas sintonías transmiten la programación de Global TV, que de repente pasa un programa de variedades para hindúes y despuesito videoclips pakistaníes o una telenovela taiwanesa traducida al español.



Al platicar con Juan me di cuenta de lo mucho en que convergen nuestros objetivos. Queremos hacer producciones de calidad, contamos con poco dinero y no nos interesa seguir el camino recorrido por las grandes televisoras.

Juan fue testigo presencial de parte importante de la historia de la TV mexicana. Como camarógrafo de IMEVISION estuvo ahí en los noticieros de Carmen Aristegui, las apariciones de Andrés Bustamante antes de tener su propio show, el programa En Tienda y Trastienda, así como La Caravana, con Ausencio Cruz y Victor Trujillo. Desfilaron frente a su lente José Ramón Fernández, Ricardo Garibay, Alejandro Aura, Javier Solórzano y quién sabe cuántos más.

Después, al ver Corre la Voz, me di cuenta de lo que yo podía aportar con lo que tengo, desde donde estoy y cuidando a Mateíto.



Pues la tirada es ir a donde me inviten, llevar mi cámara y grabar todo para después hacer una edición y presentarla como reportaje. Lo maravilloso es que está funcionando muy bien. Cuando platico con la gente de nuestros planes, responde entusiasmada.



¿Cuáles planes?

Bueno, pues como dice Cerebro a Pinky, cada vez que éste último le pregunta qué van a hacer, esperando una respuesta del tipo "pues nos vamos a quedar aquí rascándonos nuestros pequeños genitales de ratoncito" o "pasar por el Mikey, el Jerry y el Mimoso para echarnos unas chelas": TRATAR DE CONQUISTAR AL MUNDO... DE LA TELEVISIÓN CULTURAL EN ESPAÑOL DEL NORTE DE CALIFORNIA... PARA EMPEZAR.

Híjole qué loco.

Pero así de loco sonaba hace unos diez años que iba a subir todos mis videos a internet para que miles de personas los vieran.

Así que nel, ésa es mi meta y nadie me detendrá, en primera instancia, porque a nadie le interesa ese nicho del mercado. Lo cual considero un grave error. Creo que se está descuidando a un grupo importante de hispanohablantes con un gran poder adquisitivo que no tiene opciones de TV en su idioma.

Ellos son profesionistas o estudiantes que tienen algunas características comunes que me permiten agruparlos:

-Nunca realmente los verás juntos, en grupo, en bola, como sí se pueden encontrar otros tipos de televidentes.

-Trabajan y/o estudian con personas de otras nacionalidades.

-Tienen pocos o no tienen familiares en E.U.A.

-En sus países de origen tenían una buena posición económica.

-No socializan con la gente de la comunidad hispana.

-Son profesionistas con especialidades muy bien remuneradas.

-Conocen un poco más de su propia cultura, lo que les permite identificar clichés y manipulaciones de la industria y rechazar los productos de mala calidad.

-Prefieren ver TV en inglés, no por que prefieran el idioma, sino por la pobre oferta de programación en español.

Para ellos quiero crear una barra de entretenimiento cultural que ocupe sus pantallas en horario nocturno. Eso es lo que yo quisiera ver como televidente, y no acepto menos.

Pero por lo pronto ya comencé con éstos pequeños reportajes y publireportajes.

Para quienes viven en el norte de California, vean el programa Corre la Voz, y los que no, mínimo los voy a estar subiendo a You Tube para que quien los vea conozca un poquito de los personajes de ésta ciudad tan entrañable para un servidor.



Espero sus comentarios.

sábado, abril 14, 2007

Escenas

Araceli Collazo es una poetisa.

En el término más contemporáneo de la palabra.

Una mujer que vive la poesía, se conmueve cuando la lee y se vacía en ella cuando la escribe. Todo combinado con un trabajo de oficina, horarios, juntas, trámites, pago de servicios, escuela, pañales, búsqueda de identidad y todos los factores de este mundo práctico y material.

Durante años Araceli escribió y escribió. Escribió mientras cualquier otra persona estaría viendo la tele. Escribió en español, su lengua natal. Pero escribir en español fue una decisión. No la decisión de una persona inmersa en el sistema norteamericano. La decisión de una poetisa.

De apariencia frágil y diminuta, amable. La más amable que he conocido. De sonrisa fácil. Transparente. Un gesto y ahí está, completa, sin lugar a dudas. Como su poesía, así es Araceli.



La conocí con sus poemas bajo el brazo. Frágil y diminuta. Venía de su oficina. Trabajaba entre tiburones. Tiburones de cuello blanco. Lobbyists, les llaman acá. Cabildeadores, les comienzan a llamar en México. Los que ayudan a los más poderosos a torcer las leyes a su favor, a comprar voluntades a costa de lo que sea.

Tenía años trabajando entre leyes y legisladores. Investigaba entre viejos archivos, libros, periódicos. Así conoció la historia de este estado. Vueltas al capitolio, banquetes, que si los demócratas, que si los republicanos, que si los doctores, que si los empresarios. Todos ricos. Todos en un festín interminable.

Y aunque pasaba el tiempo en ese mundo, no pertenecía a él, ni lo ambicionaba, pues Araceli tenía ya un objetivo. Una agenda secreta. Y tenía nombre. Iba a editar un libro. Su propio libro.

Escenas, como de película vieja.

Y ahí estaba. Paradita en el umbral de la puerta del apartamento donde editábamos el periódico Comunicación. El cabello impecable, labios rojos, traje sastre de falda corta.

Buscaba un diseñador para darle forma a su proyecto.

Ya le habían hecho un diseño por el que le habían cobrado un dineral. Diseño de imprenta. Sin compromiso. El mismo que usarían para un catálogo de herramientas o un folleto de supermercado.

Ella sostenía que no quería producir más que unos 25 ejemplares, para repartir entre familiares y amigos, y aunque su libro comenzaba a tomar forma, no le convencía y seguía buscando.

Entonces se completaba la ecuación.

Ella: Una hermosa poetisa que buscaba un diseñador que mostrara con delicadeza a cada poesía su lugar.

Yo: Un diseñador en tierras extrañas sin novia por 3 meses.

Pos claro que sí.

Y aunque la poesía nunca fue objeto de mi dedicación, ésta aflora cuando mi jóven corazoncito debe convertir en letras sus palpitaciones ante la belleza de una mujer.

Tomé el proyecto y comenzamos a garabatear. Decidimos que algunos poemas debían ilustrarse, crear escenas. Surgió la idea de ordenar el libro de acuerdo a las estaciones del año, comenzando por el otoño.

Todo esto entre cafés, plática, confesiones y una amistad creciente. No libre de conflictos, por supuesto. Llegó el punto en que yo decidí que el trabajo estaba completo para una pequeña edición. Araceli no estaba de acuerdo. Insistía en que había que pulirlo. Hasta la fecha nunca me ha perdonado por el día en que la formé en la fila mientras atendía a otra chica, una colaboradora del periódico. Después de esperar pacientemente, Araceli me mostró la muestra del diseño por el cual había pagado, en el que iban incluídas ya mis ilustraciones. Mamón y con hueva le dije que yo ya no iba a volver a leer su libro, que ya estaba terminado. Araceli agarró sus poemas y se marchó con el consejo de Don Heliodoro Gutiérrez (†), editor del periódico, quien le sugirió hablar con Felipe Dávalos. Dávalos, quien es el más grande ilustrador y diseñador que he conocido, dio otro valor a los poemas de Araceli "No puedo creer que Saúl te haya dicho que esto está listo para impresión, esto es un mugrero" dijo Felipe.



Mi desprecio tuvo un precio. Y yo ya no hallaba la puerta. No quería perder a mi amiga. Fue Felipe Dávalos quien, como buen consejero creativo/sentimental, me sugirió seguir con el libro hasta convertirlo en una publicación seria, en un gran libro digno de su autora. Sin límites.

Así comenzó la segunda etapa del proceso. Se tomaron decisiones profundas. Un mayor tiraje, portada a color, mejor papel, todos los registros y código de barras ISBN para su venta en cualquier lugar. La creación de una casa editorial: Tree House Publications.



Tras una cuantiosa inversión de tiempo y dinero, un buen día llegaron las cajas y cajas de libros. Columnas más grandes que uno de cajas apiladas. El libro estaba hermoso. La poesía presentada como debía ser. Las escenas de Araceli podían llegar ahora a cualquier lado.



No faltó el aguafiastas como mi buen amigo Hugo Herrera que, abriendo el libro, leyo mi pequeña introducción en la que escribí la palabra hermitaño. "Es ermitaño, sin ache", sentenció Hugo. Se me fue toda la sangre hasta los callos. Nunca lo perdonaré.

En fin, que para el mundo, Escenas, como de película vieja es un esfuerzo independiente de una jóven poetisa para publicar su obra. Pero para mí fue el primer hijo que tuve con Araceli, y que nos uniría hasta ahora. Diez años después.

Comenzaba ahora una época de retos para Araceli. Debía promover su libro. Enfrentar audiencias para leer sus poesías.

Organizó la presentación formal del libro que se llevó a cabo en La Raza, Galería Posada, entre sus amigos del Círculo de Escritores. Graciela Ramírez, Arturo Mantecón (pariente de Tello Mantecón un desaparecido cómico de la televisión regiomontana, quien durante años aparecía junto a Rómulo Lozano en su transmisión de mediodía) Francisco Alarcón y Phil Goldvarg (†) entre otros.



Condujo el evento Rosa Angélica Moreno, una celebridad quien en su juventud ganó todos los concursos de belleza, y es madre de una actriz sacramentana.

La presentación del libro hizo honor a su nombre, hubo escenas entrañables entre amigos, familiares y curiosos. Araceli se distingue por sus detalles de buen gusto, y en esta ocasión ofreció una edición de vino del valle de Napa con la etiqueta conmemorativa del libro.



Después Araceli venció todos sus miedos lectura tras lectura. Cadenas de librerías como Barnes & Noble y Borders, centros culturales, escuelas y universidades a todo lo largo de California.





Click a las imágenes para ampliarlas

Niños y niñas podían apreciar por primera vez a un especimen hispanoparlante que escribía y podía hacer de ello una forma de vida. Esta gira causó admiración y expectación, y marcaría para siempre a Araceli, tendiendo la plataforma para lo que sería después su carrera como cantante.

martes, abril 03, 2007

48 Hour Film



Este es el cortometraje "Stella", que produje para un evento que consistía en realizar un corto desde su concepción hasta la post-producción en sólo 48 horas, como parte del Festival Internacional de Cine de Sacramento. Protagonizan el corto Araceli Collazo y Mateo Escobedo.


Historia

Me invitaron a participar en la producción de un corto para este evento de 48 Hour Film Sacramento, e inmediatamente acepté.

Quien me invitó es un productor llamado David Ligon, un norteamericano a quien tuve la oportunidad de asistir con la cámara en la grabación de algunas escenas para otra producción. Pero después de un rato caí en la cuenta de que no me interesaba participar en un corto para otro director, sino que yo contaba con los elementos suficientes para producir mi propio corto y plasmar mi propia visión, muy distinta a la de David, como pude corroborar después durante la proyección de su corto, en donde uno de los personajes es una "latina" llena de todos los clichés que los gringos han acumulado: Su nombre es algo así como Juanita Cholita Shakira Juana Panchita, es robacoches, viste "mal", es fea (aunque la actriz que la caracterizaba es guapa, pero la maquillaron para que se viera sucia y descuidada) y habla mal el inglés.

Así que tomé la decisión de hacer mi propio corto y participar con mi propio equipo.

El viernes 2 de marzo a las 6:30 P.M. mi amigo Seitu Coleman nos llevó a mi hijo Mateo y a mí al "cuartel general" del evento para registrar mi proyecto y sacar de un sombrero el género que me iba a tocar y los requerimientos de la producción.

Ahí el simpático director del Festival Internacional de Cine de Sacramento, Martin Anaya, presidía la junta con todos los directores interesados en el concurso 48 Hour Film.

Me tocaron los siguientes requisitos:

Género: Supervivencia.
Nombre de un personaje: Stella Starlight.
Prop: Bandera.
Locación: Un lugar distintivo de la ciudad de Sacramento.
Línea: "You will never find a more wretched hive of scum and villany"

Eran ya las 8:30 P.M.

Comenzaba el tic tac. Todos los participantes teníamos hasta las 8:30P.M. del domingo para entregar en Mini DV o en DVD la producción terminada.

Yo ya tenía las imágenes en mi cabeza, y no son muy distintas a lo que vemos en el video.

Esa noche Araceli, Mateíto y yo dormimos plácidamente. A las 3 A.M. me desperté con ganas de agarrar la cámara. De ahí las primeras tomas del video en las que aparece Araceli realmente dormida junto a Mateíto que jugaba con el camioncito escolar que le "prestó" un hijito de Seitu.

Como a las 7 A.M. desperté a Ara para que comenzara el día de filmación. La consigna: Seguirla con la cámara durante su rutina, después nos ocuparíamos de las tomas de a güebo.

Sin vehículo y sin asistentes, salimos a las calles de Sacramento durante el sábado y el domingo.

Nuestro amigo y excelente escritor James Michael se subió al tren ligero con nosotros y pronunció la frasesita reglamentaria, con la aportación adicional de su parte de que se la dijo a Mateo, quien parece que que la entendió perfectamente al ver por la ventana del tren el capitolio californiano. Jim también nos facilitó su histórica banderita del movimiento de La Raza, del célebre luchador social César Chávez, que es la que Mateo ondea en el corto.

Mi cuñado Joselo me lleva de paseo por el centro de Sacramento para captar imágenes urbanas, de las cuales se usó solo una.

Araceli y yo nos sentamos frente a la computadora para editar el corto. Durante el proceso, nos la mentamos, cortamos y nos reconciliamos varias veces por "diferencias creativas", como es normal.

Todo sale de poca y estamos satisfechos.

Domingo 7 P.M. Seitu me espera mientras batallo para exportar el corto terminado a la cámara para grabar en Mini DV, formato preferido por los organizadores. No jala. Opto por el DVD. No hay tiempo suficiente. Nos trepamos al carro y durante el trayecto continúa el proceso de quemado. Un DVD se echa a perder. Comienzo con uno nuevo. llegamos al lugar. 8:15 P.M. Las cámaras de un canal local de TV están sobre mi y mi laptop cubriendo el drama. Sale el DVD calientito de mi Mac y se lo entrego a Martin. Euforia general.

Los días después mi vida trascurrió así como en automático. Aunque no quería darle tanta importancia, me ocupaba mucho la espera.

Viernes 30 de Marzo. Mateo y yo ya traíamos chorrillo de los nervios. Mi desventaja era que él no tenía porqué cambiarme los pañales.

A un día de la proyección de los cortos dentro del Festival, Me llama Brandon Slazes, voluntario del festival encargado del reel con todos los cortos que se proyectarían al día siguiente. "Tu corto y el de otro participante no se ven bien, parece que tu DVD se echó a perder", es lo que me dice. Acordamos que yo le iba a hacer una copia del DVD y que él iba a pasar por ella. Termino la copia pero a la vez también trato de arreglar el problema de comunicación de mi Mac con mi cámara para entragarle a Brandon una copia de mi corto aparte en Mini DV.

Llega Brandon y le entrego el DVD y le grabo mi corto directo a su Mini DV Master que traía consigo. Para tal efecto grabo en mi Canon XL2.

Ofrezco a Brandon mi ayuda para cualquier cosa que pueda surgir y le deseo buena suerte.



Sábado 31 5:30 P.M. Es una hora antes de la proyección de los cortos que se llevará a cabo en el Crest Theater. Abner cuidará de su hermanito Mateo mientras Araceli y yo, ya bañaditos, nos dirigimos al cine a tiempo.

Ya en el Crest, nos encontramos con Seitu y con nuestros amigos Felipe Dávalos y Ana Lilia, quienes nos apoyaron todo el tiempo.

Nervios.

Comienza la proyección. El primer corto aparece con fallas terribles de proyección. El sonido y la imagen tienen brincos tremendos. no se entiende nada. Un par de minutos de angustia y se suspende la proyección.

Desconcierto.

Continúa la proyección de los siguientes cortos. Se ven muy bien, aunque, como era de esperarse, las calidades son irregulares.

Me sorprende gratamente el corto de Brandon, "Blackout"



Sé que después de el de Brandon sigue el nuestro, pues sus créditos finales fueron los que vi al poner en 'cue' la cinta para grabar nuestro corto inmediatamente después.

Vemos los primeros frames de "Stella"

Fallas técnicas, brincos, nada se entiende. Grito que se detenga la proyección. Me lleva.

Detienen la proyección nuevamente y al ratito comienza otro corto.

Araceli y yo decidimos que debo ira ver qué pex.

Voy al lobby del cine y pregunto por el mero bueno.

Algunos voluntarios me atienden así como con hueva. Me dicen que Martin es el bueno, pero que está arriba en la cabina checando los problemas. Pasan 10 minutos. Martin Anaya, me explica lo que yo ya me imaginaba, que hay un problema de incopatibilidades de formatos (Canon, Sony, Panasonic, etc.). El productor del otro corto afectado acompaña a Martin, quien ofrece proyectar nuestros cortos al día siguiente dentro de otra programación del Festival.

Aceptamos tanto yo como Jake, el director del otro corto, llamado Golfairapy...



Al preguntarle a Martin qué qué onda que si el jurado iba a estar presente en la proyección al día siguiente, me responde que no, pero me asegura que todos verán mi corto.

Después me enterería, de boca de uno de los jueces, que el jurado vió mi corto en la pantalla de una cámara de video, quizás con una calidad similar a la que puede ser apreciado en You Tube.

Al final de la proyección me encuentro a James Michael, quien había viajado desde Rocklin (40 minutos de autopista) para acompañarnos, dejando en casa a su esposa quien recientemente había sido sometida a una delicada operación.

También tuve el gusto de saludar a Juan Cervantes, productor independiente de TV en español, con quien estoy colaborando en varias producciones.

Yo más que enojado, estaba frustrado y apenado con la gente que atendió nuestra invitación, fue por ello que cuando al término de la proyección, al invitarnos Martin a todos los directores a que pasáramos al escenario a comentar nuestra producción, lo único que mencioné al micrófono fueron unas disculpas a mi mamá y a mi abuelita, quienes obviamente no se encontraban en el lugar, pero mediante las cuales me refería a los que nos apoyaron hasta el final. Brandon, quien estaba parado junto a mí en el escenario, robó el micrófono a Martin para decir a la audiencia que no se perdieran nuestro corto, que ya había tenido oportunidad de verlo y que estaba hecho con el corazón y que casi le arranca una lágrima. Very nice of you, Brandon, I appreciate it.

Domingo 1o de Abril, 4 P.M. Ya estábamos frente al Cine Crest Mateo Ara y yo (esta vez no hubo niñero). Eran el lugar y la hora señalados en mi pase especial que me dieron como participante del Festival. Ahí nos topamos a Felipe y Ana Lilia, quienes ya habían preguntado en la taquilla por la proyección de los cortos y les habían contestado que no tenían noticia de nada de cortos ni nada.

Recojo del piso un programa del Festival que estaba ahí nomás tirado por casualidad y me entero de que la presentación de ése día sería en el 24th Street Theatre, del cual sólo sabía que estaba en la Calle 24 (¡eso es perspicacia!).

Pues nos enfilamos todos al cine en cuestión. No sin antes lidiar con Mateíto que se quería subir a güebo en el tren ligero que pasa frente al Crest. Un antiguo cine hermoso, por cierto.

Mateo & friends

Araceli antes de la función

Llegamos media hora tarde, al 24th Street Theatre, pero con alivio nos enteramos que todavía no comenzaba la función.

Ocupamos nuestras butacas como cualquier asistente y esperamos. Es una sala chica, también antigua y coquetona. Hay como cincuanta gentes, muchas menos que en la función del día anterior.

Matíto está tranquilo, pero sabemos que no durará mucho tiempo, por lo que rogamos a todos los ángeles que comience rápido la proyección para zumbarnos de ahí a los primeros signos de histeria de nuestro retoño, que según lo planeado, llegarían después de la proyección de nuestro cortito.

Martin toma la tribuna. Canta un rap y nos anuncia al micrófono que los cortos no proyectados el día de ayer todavía se estaban 'renderiando' y que mejor los pasarían después de la presentación principal, o sea, la película "Last stop for Paul", un largometraje. Aunque ya olía algo mal (y no eran los pañales de Mateíto), yo seguí en mi butaca durante el comienzo de la cinta anunciada, que se veía por cierto muy buena.

Al poco tiempo, en la oscuridad de la sala, alguien toca mi hombro, era Brandon, quien me anunciaba que seguían teniendo problemas para reproducir los dos cortos malditos.

Coincidimos en que la solución al problema es traer mi cámara y reproducir desde ella.

Así que busco a Araceli para que carguemos con Mateíto y nos llevara a la casa para recoger la cámara antes de que termie la película que estaba proyectándose para intentar correr los videos salados.

Fuimos y regrasamos sin contratiempos, Mateo ya estaba en mal plan, como buen niño de dos años que no sabe qué onda con tanto ajetreo.

Al llegar al cine, subo a cabina en donde entre el proyeccionista y yo instalamos la cámara y probamos la cinta. Todo bien aparentemente.

Ya no pudimos disfrutar del largometraje que supimos estuvo fantástico. Teníamos que entretener a Mateíto, quien tuvo la fortuna de que nuestros amigos Armon Newton y su esposa Sonia llevaran a sus hijitos a la presentación y acompañaran a Mateo a jugar en el pasto que rodeaba al bonito teatro/cinito.

Nos avisan que ya siguen nuestros cortos. Alguna gente abandona la sala.

Nervios, diarrea retenida y agüita en el gaznate.

Mateo se comporta y ¡tarán!, el primer corto se proyecta bien. Changuitos por que el proyeccionista avance la cinta hasta el minuto que le indiqué, en donde se localizaba mi corto. No pasa mucho tiempo y vemos las primeras imágenes de nuestro corto. Se ve y se oye bien. Así, grandotote, como todos debieron verlo un día antes. Silencio en la sala. La gente reacciona favorablemente a lo que sucede en la pantalla. Mateo canta el tema que interpreta su mami. Créditos finales. Aplausos. Cariño.

Nos sacudimos la gota de sudor y Mateíto y yo nos dirigimos al escenario ante la invitación de Martin. También sube el productor del otro corto. Araceli se hace del rogar. "Come on Stella" insiste Martin, convenciendo a nuestra diva, que luce guapísima en el escenario. Mateo responde puntualmente hasta las preguntas más profundas que le hace Martin al micrófono. La gente lo adora.

Yo cuento un poco de mi experiencia en la producción: "¿48 horas para hacer una película?, pues mejor la hago sobre nuestra vida y nuestra situación real".

Mateo abandona el escenario como toda una estrella y yo estoy listo para ir al baño a meditar lo acontecido.

Armon y Sonia amablemente ofrecen cuidar de Mateo para que nosotros asistamos a la Fiesta de Clausura del Festival.

Mateo se despide desde la 'van' de Armon. Contento entre sus amiguitos, no tiene ningún empacho en mandar a sus papás a la porra o a donde quieran ir.





Otros cortos participantes en el 48 Hour Film Sacramento 2007




Asistimos a la fiesta, que también es de premiación, que se llevó a cabo en el Delta King, un barco antiguo anclado en Old Sacramento.

Dos margaritas nos acompañaron a Ara y a mi durante la premiación a la larga lista de cintas, escritores, productores, compositores, actores, etc.

Platicando con algunos asistentes que no tenían relación directa con el Festival, sino que eran meros espectadores, nos comentaban que nuestro corto fue de sus favoritos y que, pese a las postergaciones, no se lo quisieron perder.

El premio que se anunció al final fue precisamente el de 48 Hour Film.

Rápidamente Martin anunció que el premio al "cortometraje sobresaliente (outstanding short film)" de ese evento sería para "Mercy", un corto hecho con toda la mano, dos cámaras HD, un montón de colaboradores y técnicamente impecable.

Realmente sobresaliente, y merecedor del premio si nos sujetamos estrictamente a su significado textual.

Pero también sobresaliente fue el nuestro en otros sentidos:

1. Fue el único que incluía a un niño en su reparto. Otro incluía a ancianos, pero el resto estaba invadido de juventud. Chavos.

2. Fue el único en el que no había violencia. En el resto había balazos, puñetazos, violencia verbal y agresiones de todo tipo. ¿Reflejo de una sociedad en guerra permanente?

3. Fue el único cuya protagonista era una mujer, madre y ama de casa.

4. Fue el único en que un personaje cantaba el tema original. De hecho, nuestro corto es casi un musical. Que no es mi género favorito, ni mucho menos, pero se dio.

5. Hasta donde sé, fue el único producido por un hispano. Llámese mexicano, chicano o latinoamericano.

Como irónicamente señalaba Martin en su divertida presentación como maestro de ceremonias "–voz ridículamente engolada– todos somos ganadores".

Cierto.

Pero ya que expuse las particularidades de lo que sucedió queda la pregunta... ¿fue una competencia justa?

Mhhh.


Experiencia y Sugerencia

Si un día quieres organizar un Festival Internacional de cine en tu ciudad y luego se te ocurre incluír una competencia de Cortos de 48 horas, ésto es para ti:

Aunque entiendo que una de las características del cine como industria es marcada por el hecho de que ésta actividad involucra un sinfin de recursos de todo tipo (equipo humano, equipo técnico, especialización, logística, finanzas, aspectos legales, planeación, coordinación, aspectos creativos y limitaciones de tiempo, espacio y ejecución, etc.), y que es deber del jurado de un evento como éste reconocer tales aspectos (en los que indudablemente el corto ganador en esta ocasión se lleva merecidamente las palmas), también es importante reconocer otros aspectos de la producción.

Sobre todo en un mundo cambiante en donde se puede crear una gran película con pocos recursos, como la ya mencionada Last Stop for Paul, que se presentó justamente antes de nuestro cortito, dejando encantada a la audiencia, que realmente sintió que viajó alrededor del mundo junto a los dos protagonistas, que a la vez fungieron como escritores, productores camarógrafos, editores, etc.

Y sobre todo tomando en cuenta que el evento de los cortos de 48 horas fue quizás el más importante y el que más audiencia reunió en una exhibición y definitivamente en la fiesta de premiación, que estaba llena de realizadores, actores y colaboradores de producciones como la nuestra. Todas obviamente locales. Otra muestra de su importancia es el hecho de que la mención del ganador de ese evento se dejó hasta el final, generando la mayor expectativa del todo el evento.

Tons aquí la onda es que a esta actividad que es la única que considera al novel talento local, tenga su propia sub-premiación, con distintas categorías, para que mínimo palmadita en la espalda y diplomita para colgar en la pared se lleven los que de una u otra manera logren llegarle al PÚBLICO con sus historias, que es el fin último del cualquier producción de cine, independientemente de los recursos que maneje, los logros técnicos y de los detalles de su realización.


Mateíto me hizo el favor de tomarme esta foto con la camiseta oficial del festival.
Thank you Martin for your effort and great job done. No hard feelings.



Suspiro

Pero bueno, como todos somos ganadores, pues aquí comparto con ustedes este cortometraje hecho en cuarenta y ocho horas, con el corazón, excelentes actuaciones (inexplicablemente durante el rodaje Mateíto en ningún momento se acercó a querer arrebatarme la cámara y a querer tocar el lente con sus deditos cochinitos, como acostumbra, y en cambio adoptó profesionalmente su papel en todo momento, haciendo importantes aportaciones) y una historia sencilla, honesta y divertida.

Gracias.

El director y las estrellas posando en esta foto que Arnold nos hizo el favor de tomar.