lunes, marzo 19, 2007
Televasión
Este cartón fue publicado en el periódico Comunicación de mi amigo Heliodoro Gutiérrez (†) en 1997. Don Heliodoro era aficionado a la televisión en español que se transmite en Estados Unidos. Mientras armábamos el periódico nunca faltaba el fondo musical, o las peleas del Show de Cristina, o las "variedades" de Sábado Gigante, los "hechos de impacto", etc.
Ahora no tengo televisión, ni me interesa ver lo que se transmite en la TV abierta, ni pienso pagar por servicios de cable o satelitales. Afortunadamente en internet puedo acceder a contenidos en español de primer nivel, muy por encima de lo que la idiotizante TV puede ofrecer.
Podcasts que se pueden escuchar usando el software gratuito iTunes, como el de Fernanda Tapia, Olallo Rubio, la BBC de Londres, Democracy Now.
Para los que no están muy familiarizados con el fenómeno de la inmigración en Estados Unidos, pues resulta que al llegar una familia a este país, lo más probable es que, sobre todo entre los mexicanos que emigran desde pequeños y asisten a las escuelas por acá, se pierda todo interés por aprender el idioma español. O de perdido, que aprendan lo que los padres les enseñan en casa y hasta ahí, sin desarrollar el idioma ni expander el conocimiento de la lengua y la cultura.
Ese fenómeno lo atribuyo a la falta de contenidos en los medios masivos que resulten atractivos para los niños y jóvenes, víctimas cotidianas del encontronazo cultural, en el que los ganadores son los que venden mejor. Y, la neta, hasta ahora, ¿quién vende mejor que los gringos?
¿Qué película en español competirá contra Cars, El Señor de los Anillos o Harry Potter?
¿Qué programas de TV mexicanos contra Survivors, American Idol, South Park o los Soprano?
Guillermo del Toro ha dado una muestra de dignidad con su Laberinto del Fauno, que no, no es una producción en español tan buena que "hasta parece hecha en Hollywood"; sino que es una película con su propio lenguaje y motivaciones, cuyo subtexto le saca la vuelta a los valores tradicionalmente promovidos por Jolibud como sustento de un sistema socio económico.
¿Qué sigue? Pues producciones hechas en EU con la calidad de contenidos y el valor de entreteminiento que fortalezcan una identidad entre los niños y jóvenes de familias hispanoparlantes.
¿Y quién las va a realizar? Existen ya productoras avocadas a estos fines. Dada la gran expansión del mercado hispano en EU, hasta empresas que históricamente nada tienen que ver con las culturas latinoamericanas, abren los ojos a las grandes necesidades y enormes posibilidades.
¿Y quién las va a transmitir? No creo que el duopolio de la TV hispana que opera actualmente. Univisión y Telemundo están más interesados en sus gastadas fórmulas confiados en sus poderosos tentáculos. Más bien la salida está en las televisoras públicas o de cable que dan cabida a producciones independientes, y por supuesto, el internet, en donde ya es una realidad el acceso automático a la diversidad de contenidos, a los que sólo les falta algo de promoción.
Y esa será la tarea para los creadores de contenidos que estamos empujando para que las otras caras de nuestra realidad sean apreciadas por éstos chavos que no escatiman en prejuicios y etiquetas hacia sus propios orígenes, fenómeno muy entendible, cuando lo único que les llega de la cultura de sus padres es la mierda que ven en televisión.
Costruír esas opciones hará la diferencia ante la situación prevaleciente desde hace más de diez años, cuando descubría con sorpresa la ínfima calidad de los contenidos que sintonizaba Don Heliodoro (y casi la totalidad de los hogares en los que se habla español) en su TV, sin opciones aparentes, ante un internet en pañales y el desinterés de las productoras frente a semejantes carencias.
Saúl Escobedo
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